miércoles, 21 de marzo de 2012

El efecto rebote

En los deportes de pelota, véase  fútbol, hockey hierba o voleibol, el rebote de la pelota juega un papel mucho más que decisivo en algunas acciones del juego, inclinando el resultado en uno u otro sentido, o simplemente para poner las tablas en el marcador. Al fin y al cabo, el rebote se hace inevitable, forma parte del lance del juego.

El sondeo de Metroscopia publicado el sábado 17 de marzo en el diario El País, estimaba que el Partido Popular obtendría la mayoría absoluta en el Parlamento andaluz con un total de 59 escaños, frente a los 41 del Partido Socialista Obrero Español. De esta estrepitosa debacle se sacan varias conclusiones posibles. Varias de ellas eran las siguientes: el presumible voto de castigo a los socialistas, dándoles el apoyo a los populares o la inmovilización de los indecisos.

Me centraré en el primer caso. Que el votante de izquierdas ejecute un voto de castigo, en mi opinión, es tirarse piedras en su propio tejado, debido a que los más que probables recortes que aplique el PP van a ser diferentes a los recortes que ponga en marcha el PSOE en la próxima legislatura, porque estos dos partidos políticos tienen apoyos diferentes y la base social es diferente, es decir, el PP pondrá en marcha políticas muy distintas a las del PSOE porque la demanda de los ciudadanos también variará. Por lo tanto, el votante en potencia del PSOE no se va a sentir representado ni beneficiado a la hora de que el gobierno de Javier Arenas tome las medidas que él crea oportunas. Entonces, es cuando se produce un efecto rebote, causado por el desencanto existente de los votantes de izquierdas hacia el PSOE, votan al PP, pero luego, la medidas que se dispongan perjudicarán en mayor o menor medida a la masa social de izquierdas. Al fin y al cabo, alternativa a los recortes y al gasto público hay, claro que la hay, porque en política nada es absoluto y todo es relativo.

En mi opinión, el 25 de marzo, es nuestro día, el día de los ciudadanos andaluces que tenemos un compromiso, no con los partidos políticos, ni con nuestras ideas, sino con nuestros derechos, un derecho a participar en política, a que nuestra decisión se vea reflejada en una papeleta, a recuperarle el valor que ha perdido en estos últimos años y en especial en estos últimos meses. Este domingo el compromiso será con nosotros mismos.