Domingo 22 de abril de 2012. Se celebra la primera vuelta de
las elecciones presidenciales francesas. François Hollande queda en primer
lugar tras sacarle a Nicolás Sarkozy poco más de un punto porcentual y en
tercer y (preocupante) lugar Marine Le Pen. La cobertura mediática de los
comicios fue gigantesca en el mundo occidental en general y en la Unión Europea
en particular, indicando un detalle algo irrisorio con respecto a la ley
electoral de no poder ofrecer datos electorales a las 20:00 del mismo día,
dando lugar a que los ciudadanos franceses tuvieran que acudir a medios
francófonos fuera del país, como Bélgica o Luxemburgo. Volviendo al ámbito de
la cobertura mediática en las elecciones, a los europeos o a algunos Estados
europeos mejor dicho parecía que nos iba la vida en el resultado electoral.
Esto da claras señales de los problemas que se enfrenta la UE además de la
crisis de deuda.
Varios de ellos son los siguientes: el grado de desapego a
la Unión y a las instituciones que existe es altamente preocupante y el segundo
de los problemas es el demasiado protagonismo político que tienen y van a
seguir teniendo en los próximos años los diferentes países, en especial,
Francia, Alemania y Reino Unido y sus correspondientes líderes políticos. Las
instituciones políticas de la UE no se están reforzando ni un ápice, se quiere
un gobierno económico común pero no se puede. Esto puede crear una gran
frustración en el seno de la Unión.
La Unión Europea será la verdadera protagonista de la
política internacional cuando existan líderes europeos, no líderes ingleses,
alemanes, franceses o españoles. Será la verdadera protagonista cuando unas
elecciones de un determinado Estado tengan menos repercusión política y mediática
que las elecciones al Parlamento Europeo.
Mi pregunta es: ¿Qué queremos los ciudadanos de la Unión
Europea?