domingo, 3 de abril de 2016

Ideología, tolerancia y diversidad.


¿Qué es la ideología sino un estilo de vida? Podría decirse que esta pregunta se contesta ella misma. Sin embargo, hay quien piense que esto no tiene porqué ser así, que pueda haber personas que vivan sin ideología.

Las ideologías se forman a partir de determinados valores. Estos se imponen, se establecen, se asimilan a través de diferentes medios. Ya sea mediante un discurso eficaz, la imposición a través de la violencia que ejerce el Estado o distintos grupos terroristas o políticos. A lo largo del siglo XX han prevalecido apenas tres ideologías que se mantuvieron a través de las políticas de terror, que conllevaban la aniquilación de vidas humanas. El fascismo en sus versiones centroeuropeas y mediterránea por un lado. Por otro lado, el socialismo y el comunismo soviéticos y el maoísmo en China. Estas ideologías mencionadas supusieron la muerte y asesinato de casi 200 millones de personas.

Tras el derrumbamiento del sistema económico de la Unión Soviética frente a la supervivencia de la socialdemocracia y el liberalismo supuso la creencia de que las ideologías que estaban impregnadas por el terror se habían acabado. Que los conflictos acaecidos en las primeras décadas del siglo XX no volverían a ocurrir más. Que no se produciría otra guerra fría.

Sin embargo, el martes de la semana pasada murieron 35 personas y decenas de heridos, muchos de ellos muy graves que han hecho crecer el número de víctimas, en dos atentados terroristas en Bruselas. Estos ataques y el de noviembre en París fueron producidos por la organización terrorista Estado Islámico, la cual está establecida en Oriente Próximo, concretamente Siria e Irak. Esta organización impone en sus territorios una interpretación del Islam muy subjetiva y totalitaria, ya que se asesina a personas contrarias a los valores que están imponiendo en sus sociedades.

A la hora de escribir este artículo, lo primero que hice es viajar entre mis recuerdos y me dirigí hacia un ensayo, en mi opinión, necesario para entender un poco estos hechos, Crítica de las Ideologías, del profesor de Teoría Política ya fallecido, Rafael del Águila. Recuerdo que planteé distintas reflexiones que me surgieron entre las que destaqué el europeísmo como una ideología que utiliza políticas de mesura. También planteaba la dificultad para establecer un sentir europeísta, que las ciudadanas y ciudadanos que vivimos en la Unión Europea asimilemos los valores que alimentan tal ideología. Por último, hacía una distinción entre los conceptos de aceptación y tolerancia.

La explicación de estos hechos a través de la ausencia de tolerancia puede ser baladí, inconclusa o laxa. No obstante, veo necesario que la sociedad se cuestione estos ataques desde el enfoque de la tolerancia, o mejor dicho de la intolerancia que se produce entre grupos, entre personas diferentes, en la constante lucha que existe entre un grupo dominante que no permite ningún margen de espacio a los demás, a los diferentes. Si pretendemos acotar el espacio al otro, al diferente, estamos atentando contra la característica fundamental del ser humano, la diversidad. Si no creamos los espacios necesarios para dar cabida a nuestras diferencias estaremos dejando la puerta abierta al racismo, la xenofobia, el genocidio, la exclusión social, la desigualdad. Si no educamos a nuestras generaciones futuras en la aceptación y tolerancia como valores, estaremos dando rienda suelta a que nuestra sociedad asimile e imponga pocos modos de vida, mientras excluimos muchos modos de vida.
Por lo tanto, en nuestras manos está la posibilidad de que dejen de aflorar el odio, la venganza, la xenofobia, porque no tenemos la libertad de decidir quien vive y quien no.
Porque nuestra condición de seres humanos tiene que bastar para poder vivir y deambular en cualquier punto geográfico de nuestro planeta. Porque lo absoluto no puede prevalecer sobre lo relativo.




















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